En relación al penúltimo post "SEPTIEMBRE" quiero destacar una publicación que corrobora una vez más la importancia del entrenamiento en zona aeróbica y la polarización del mismo. Vuelvo a decir, no por autoridad (de la que carezco) sino por apoyo y demostración científica, que cerca del 80% del volumen de entrenamiento para larga distancia, ahora también sabemos que para distancia olímpica, debe ser en zona aeróbica, independientemente del nivel de rendimiento (ya sabemos que es cuestión de individualizar dichas zonas fisiológicas), o lo que es lo mismo: "Compite en las pruebas, no en los entrenamientos". El encuentro con el blog del doctor Chicharro fue para mí todo un descubrimiento; nos mantiene al día de las últimas investigaciones en fisiología del deporte en formato "quick post". En este caso viene de la mano del gran referente Íñigo Mújica al amparo de la International Journal of Sports Physiology and Performance, todo un seguro de rigurosidad. Por desgracia, sin suscrpción sólo podemos acceder al resumen (en inglés), que copio a continuación. Le pondremos un "pero"; es un estudio descrptivo de caso (Ainoha Murúa).
Ya comentamos en su momento que no es cuestión de copiar el entrenamiento de la élite. Eso, ni siquiera sería decente al margen del conocimiento científico. Dividirlo tampoco sería válido. "Simplemente" valgámonos de las evidencias y adaptemos a cada caso particular.
Olympic Preparation of a World-Class Female Triathlete.
Source
Department of Physiology, Faculty of Medicine and Odontology, University of the Basque Country, Leioa, Basque Country.
Abstract
Detailed accounts of the training programs followed by today's elite triathletes are lacking in the sport science literature. This study reports on the training program of a world-class female triathlete preparing to compete in the London 2012 Olympic games. Over 50 weeks, she performed 796 sessions (303 swim, 194 bike, 254 run, 45 strength training), i.e. 16±4 sessions per week (mean±SD). Swim, bike and run training volumes were respectively 1,230 km (25±8 km/wk), 427 h (9±3 h/wk) and 250 h (5±2 h/wk). Training tasks were categorized and prescribed based on heart rate values and/or speeds and power outputs associated with different blood lactate concentrations. Training performed at intensities below her individual lactate threshold (ILT), between the ILT and the onset of blood lactate accummulation (OBLA), and above the OBLA for swim were 74%±6%, 16%±2%, 10±2%; bike 88%±3%, 10%±1%, 2.1%±0.2%; run 85%±2%, 8.0%±0.3%, 7%±0.3%. Training organization was adapted to the busy competition calendar (18 events of which 8 Olympic distance triathlons) and continuously responded to emerging information. Training volumes were 35-80% higher than those previously reported for elite male and female triathletes, but training intensity and tapering strategies successfully followed recommended best practice for endurance athletes. This triathlete placed 7th in London 2012 and her world ranking improved from 14th to 8th at the end of 2012.