Como ha pasado tanto tiempo desde aquella última entrada ya no procede continuarla, pero esto no quedará así. Hablemos de "septiembre" entonces. Advertencia!! Amenazo con aburrir.
La cabeza de esa vuelta a empezar, de la que hace ya tres meses, casi está mordiendo su propia cola. El "...y vuelta a empezar" se refería a la división de la temporada en dos ciclos (macro) diferenciados temporal y metodológicamente. A la vista una gran cita, LA DISTACIA en formato ibérico: el IBERMAN, 5 de octubre de 2013. Así que esta es la prueba que culminará la temporada, resulte como resulte, y se prevé duro, muy duro
El caducado 2012 fijaba en la agenda algunas pruebas y muchos propósitos, algunos de enmienda. Las pruebas pasaron, menos de las previstas, dejando posos de diferentes sabores; todos más dulces con el paso del tiempo. En abril crucé la meta del TRISUR de Sevilla (media distancia) con honores personales, a las pocas semanas la de los 101 de Ronda con más pena que gloria, y a medidados de junio tuve el sabor agonístico del olímpico de Almería. Los propósitos continúan; la mejora (ambigüamente hablando) por bandera cruza transversalmente cada una de las pruebas y de los entrenamientos. Propósitos y realismo podría ser el título de la entrada.
El caso es que a falta de un mes para LA DISTANCIA se ha puesto en el camino, así, sin saber cómo, (
Juanitooooo, que me vas a matar!!) una prueba fuera del calendario original:
LA SAGRA SKY RACE (este domingo 15 de septiembre): 27,5 Km con 2180m de desnivel positivo y 1850 negativos. Ahí es nada!
Por supuesto fuera de objetivo. Un gran entrenamiento de carrera a pie en cualquier caso; fuerza-resistencia en su máxima expresión y sufrimiento asegurado.
Reconocimiento del recorrido. Al fondo se impone La Sagra.
Pero volvamos a LA DISTANCIA y a la planificación, que de eso va este negociado. Un artículo publicado en la
Extreme Physiology & Medicine concluye que la edad media de máximo rendimiento en distancia ironman se sitúa en 32-33 años tanto para hombres como para mujeres. Vaya, llego tarde. Ya tengo excusa. Al margen de la anécdota de los datos, que por supuesto hay que contextualizar, es verdad que el rendimiento en la larga distancia no se produce a edades, digamos, jóvenes, aunque me atrevo a predecir que esa media de edad será cada vez más baja dada la especialización temprana. No obstante, el precio de las inscripciones debería ser una de las variables a considerar en esta cuestión.
¡Cuánto nos gustarán los datos! Incluso se han publicado fórmulas que predicen la marca en distancia ironman a partir de las marcas personales en maratón y triatlón olímpico. Siendo esto así, ahora es cuando podríamos hablar sobre la necesidad de experiencia previa de cara a la larga distacia, pero eso es harina de otro costal.
Entrenador por vocación y formación, y deportista (el triatlón es lo que toca desde 2008) por afición dan como resultado el autoentrenamiento. Hagámoslo bien para disfrutar de esta afición. Esta temporada he planificado por bloques después de una extensa pretemporada, mezcla del modelo tradicional de cargas regulares y del enfoque actual de periodización por bloques ATR. La razón: crear una base amplia para luego concentrar/acentuar las cargas hacia un número reducido de cualidades, de forma secuencial y no simultánea. Y tú dirás, ¿tanto rollo para luego decir que vas a disfrutar? Y yo te digo, ¿es que los populares no podemos utilizar la teoría del entrenamiento? No es que podamos, es que tenemos la obligación! Eso sí, sin fundamentalismos.
Por fortuna, o por empeño, cada vez se oye más en "el pelotón" hablar de umbrales, de consumo de oxígeno, de watios, de zonas de entrenamiento, etc. No hace mucho me sorprendí gratamente al compartir una conversación al hilo del "sweet spot" en ciclismo.
La
International Journal of Sports Physiology and Performance publicó recientemente un estudio con respecto a la intensidad de entrenamiento en distacia ironman. Al respecto, y con fundamento, la evidencia es aplastante a favor de la necesidad de un alto volumen (~80%) de trabajo a intensidades cercanas al UMBRAL AERÓBICO (ver también
Scand J Med Sci Sports 2010: 20 (Suppl.2) 1:10). El estudio de Muñoz y col (2013) de la citada publicación muestra una alta correlación negativa entre el tiempo de entrenamiento en zona de umbral aeróbico y el rendimiento en distancia ironman. Esto no quiere decir que se elimine el ENTRENAMIENTO DE ALTA INTENSIDAD, sino que debe distribuirse racionalmente para PROVOCAR las adaptaciones fisiológicas deseadas. Aquí es donde entra en juego la POLARIZACIÓN del entrenamiento, la aplicación del conocido 80-20, generalmente a través del más conocido aún ENTRENAMIENTO INTERVÁLICO. No obstante, nada de esto tiene sentido sin el escrupuloso respeto al PRINCIPIO DE INDIVIDUALIZACIÓN; eliminemos mitos y falsas creencias, entrenamientos receta escupidos por impresoras que sólo tiran tinta diferente en el aprtado "nombre", vayamos contra la copia de entrenamientos élite divididos entre dos, no sólo ciencia, no sólo experiencia, crítica siempre. Gracias.
Así que ya "sólo" falta " echarlo todo; ponerlo en el agua, rodarlo por el asfalto, pisar firme. El trabajo está hecho, supuestamente bien (con esa intención como mínimo), que no somos máquinas y de todo ha habido y habrá. Los resultados serán los que sean. Chim pon!